Si queres tener tu pileta limpia, el ionizador puede ayudarte a evitar la proliferación de organismos que atentan contra la estética y contra la salud.
No es un secreto que entre las mayores preocupaciones de quienes tienen una pileta está la de mantener el agua limpia.
No importa si es una pileta grande, chica, inflable o de hormigón, siempre vas a querer evitar la proliferación de hongos, bacterias o algas que no solo la afean estéticamente, sino que también pueden ser peligrosos para la salud. Para ello, los ionizadores pueden ser tus mejores aliados.
Un ionizador de pileta desinfecta el agua gracias a los iones de cobre, con su uso evita tener que recurrir a químicos, que a su vez podrían ser tanto o más peligrosos para la salud que los mismos organismos de los que queremos deshacernos. El ionizador genera esos iones de cobre por un proceso de electrólisis que destruye las bacterias del agua.
Estos iones ejercen un efecto letal sobre las formas de vida microscópicas. Experimentos de la Universidad de Arizona han demostrado que estos iones minerales, en conjunto con una pequeña cantidad de cloro (0,2 – 0,4 ppm) son 1.000 veces más efectivos en la prevención de algas y bacterias.
Una vez que estos minerales se disuelven en el agua permanecen por extensos períodos de tiempo. Al igual que la sal en los océanos, los iones no se evaporan, incluso en condiciones extremas y de calor intenso. A diferencia del cloro, que es un elemento muy liviano que tiende a evaporarse fácilmente, especialmente en climas cálidos.
No se trata puramente de una forma alternativa de desinfectar tu piscina, ya que puede ser complementaria con el uso, por ejemplo, de cloro que, eso sí, podrás usarlo en cantidades menores, disminuyendo así el riesgo que puede suponer para la salud. No se trata de algo nuevo, de hecho ya los griegos y romanos almacenaban el agua para beber en recipientes de plata o cobre. Quizá se trataba de algo intuitivo, pero el resultado era que el agua quedaba tratada y purificada.
Una de las ventajas más significativas es la disminución del costo de mantenimientos, si bien genera un gasto la compra del ionizador es significativamente menor al tratamiento químico.
El ionizador previene las manchas y minimiza las incrustaciones calcáreas en las paredes de la piscina
El mecanismo de desinfección con cobre fue descubierto mediante excavaciones arqueológicas en las que se ha demostrado que el hombre utilizó el cobre por mas de 11.000 años. El cobre, por ejemplo, puede ser extraído muy fácilmente y procesado. Hace más de 7000 años el hombre desarrollo un mecanismo de extracción del cobre de las minas de cobre. El imperio romano extrajo la mayoría del cobre de la isla de Chipre cuyo nombre proviene del cobre. Actualmente el cobre se extrae principalmente de minas de cuprita (cobre rojo) (CuO2), tenorita (CuO), malaquita (CuO3·Cu(OH)2), calcos hiña (Cu2S), covelita (CuS) and bornita (Cu6FeS4). Grandes depósitos de cobre mineral se han encontrado en tierras de EE.UU, Chile, Zambia, Zaire, Perú y Canadá.
El cobre se han aplicado durante siglos como mecanismo biocida (acción sobre las moléculas de membrana en una célula viva). Por ejemplo, los vikingos usaban barras de cobre para prevenir el crecimiento de algas. La tecnología moderna todavía utiliza este sistema. La mayoría de las pinturas antiincrustrantes contienen cobre, reduciendo la posibilidad de crecimiento de organismos marinos en las paredes de los barcos. De esta manera los barcos pueden llegar de manera más rápida a su destino. Los nómadas usaban monedas de plata para mejorar la calidad de las aguas potables. Las aguas de los pozos que contienen monedas de plata y cobre son muy brillantes, debido al efecto biocida de estos metales.
La ionización del cobre y la plata se lleva a cabo mediante la electrólisis. Se crea una corriente eléctrica a través del cobre generando la formación de iones de cobre y cargados positivamente. Esta es la química elemental: un ión, un átomo con carga eléctrica, tiene carga positiva cuando cede un electrón y negativa cuando toma un electrón. Un ión con carga positiva se denomina catión y un ión con carga negativa se denomina anión. Durante la ionización los átomos se vuelven cationes o aniones. Cuando se aplica la ionización cobre, se forman iones cargados positivamente. Los electrodos se sitúan juntos. El agua a desinfectar pasa por los electrodos. Se crea una corriente eléctrica causando la liberación de electrones en los electrodos que pasan a tener carga positiva. La mayoría de los iones liberados se pierden con el agua antes de llegar al electrodo opuesto. La concentración de iones se determina por el flujo del agua. El numero de iones liberados aumenta, cuando se aplica una mayor corriente eléctrica. Cuando los iones de cobre (Cu+) se disuelven en agua, se oxidan rápidamente a iones de Cu2+. El cobre se puede encontrar en el agua de forma libre aunque generalmente esta unido a las partículas del agua. Los iones de cobre son inestables en el agua.
Se genero un gran interés cuando la NASA uso sistemas de ionización cobre-plata para la producción de agua potable a bordo de la nave Apollo en 1960. El generador de iones utilizado, era del tamaño de una caja de cerillas. Con la utilización de este sistema de ionización cobre- plata se podía producir agua segura sin la necesidad de utilizar cloro.
Los iones cargados positivamente (Cu2+) en el agua intentan buscar partículas con polaridad opuesta, como bacterias, virus y hongos. Los iones de cobre cargados positivamente forman compuestos electrostáticas con células de microorganismos que están cargados positivamente. Esto produce daño o interrupción en la permeabilidad de la pared celular y por lo tanto evita la toma de nutrientes. Los iones de cobre penetran en la pared celular. Entran en el núcleo de los microorganismos, uniéndose a varias partes de la célula como el ADN y el ARN, proteínas y encimas respiratorias impidiendo el funcionamiento normal de estos sistemas celulares. Como resultado no hay mas crecimiento celular o división celular, impidiendo la multiplicación y desarrollo de los microorganismo y provocando su muerte. Los iones se mantienen activos hasta que son absorbidos por un microorganismo.